miércoles, 6 de mayo de 2009

El DOSSIER de Walter Martínez.


ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL PROGRAMA DOSSIER.
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Por Manuel da Roura.
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Cuando años atrás Walter Martínez suspendió, o le suspendieron, el programa televisivo que sobre cuestiones internacionales dirigía por VTV, tuve un serio disgusto. Las abundantes y reiteradas reclamaciones de los televidentes fueron no solamente orales sino que proliferaron en los cintillos, y me confirmaron en la idea que yo no estaba solo y que el desagrado por la suspensión era masivo. Efectivamente, el Sr. Martínez por el profundo y extenso conocimiento de los temas que abordaba y la manera fluida y amena de exponerlos, había calado en buena parte de la audiencia nacional interesadísima en cuestiones internacionales que, si por una parte la introducían en la problemática mundial, por otra la mantenían al día en cosas que, de algún modo, afectaban a nuestro país. Venezuela no es una isla.

En fin, éramos muchos los que esperábamos la media hora del programa, luchando muchas veces contra el sueño. El anuncio del regreso de Walter, harto tiempo demorado, fue recibido con satisfacción quizás porque los programas que lo habían sustituido carecían de interés y de ninguna manera pudieron cubrir el vacío dejado por Dossier.

Sin embargo, y con dolor en el alma, debo confesar que el restituido programa del Sr. Martínez, ha sido desde su reestreno una tremenda desilusión para mí. (No conozco la opinión de otros). Este no es el Dossier que yo esperaba. El programa didáctico esclarecedor e interesante al que me había acostumbrado pasó a ser un bodrio intragable, auntoensalzador, trivial y ¡porque no!, embarullado.

Algunas pequeñas fallas que ya en la primera edición, digámoslo así, tenía se han convertido en norma y hoy es un pobre programa. Espero explicarme, sin deseo alguno de molestar al Sr. Martínez. Quiero solamente decir lo que pienso, aunque comprendo que no necesariamente poseo la razón absoluta, ni mucho menos. Las fallas anteriores no eran tan notorias, en gracia a la importancia de los temas y la claridad de conceptos. Ahora, visto los enrevesados y mal hilvanados temas de Dossier, sin proponérmelo han venido desagradándome todos ellos y, quieras que no, los encuentro indigeribles. Comienzo: Walter Martínez, en el diario acontecer internacional que trata, introduce casi siempre, por no decir siempre, su persona, venga o no venga al caso. Ahí hay un deseo incontenible de hacerse notar y hacerse admirar. Debemos entender que lo que le corresponde por oficio es narrar y comentar acontecimientos, no protagonizarlos. El televidente quiere saber qué pasa en el mundo y le importa un rábano si Martínez estuvo o no estuvo en el lugar de los hechos, habló o no habló con determinados personajes, ni si está a partir un piñón con la Reina de Inglaterra.

Repito que no deseo molestar a nadie y menos tacharlo de vanidoso o algo así. No es esa mi intención pero siento que el programa que años ha esperaba con ansia, no cubre ahora mis expectativas e incluso con frecuencia cambio de canal al sentirme defraudado por el amigo Walter. Pienso que debe dedicarse a lo suyo. Dossier es para lo que es: La diaria relación y el comentario consiguiente de lo que sucede en el mundo aprovechando los conocimientos geográficos, históricos y políticos que evidentemente posee el Sr. Martínez. Queremos que nos oriente sobre lo que está sucediendo y que nos diga que es lo que prevé para un futuro inmediato o mediato. Nada más que eso, todo lo demás sobra y, por supuesto, le roba tiempo a lo verdaderamente importante. Poco puede interesarle al televidente común y, hasta diríamos, normal todas y cada una de las singladuras del velero Simón Bolívar en ruta hacia Buenos Aires y su regreso. Menos aún le interesan los diplomas y cartas de reconocimiento leídas en el programa desde el encabezamiento hasta la firma. Eso no es noticia ni mucho menos. Lo primero repite hasta la saciedad de manera cursilona e infantil un hecho normal e intrascendente en la vida diaria de un pueblo que tiene cosas más importantes que hacer. Lo segundo señala diáfanamente como el ego puede llegar al tope.

El Sr. Martínez abusa del “yo estuve ahí”, pasando sin querer, o queriendo, de relator a actor. Eso, vuelvo a repetir, sobra y cansa.

Del Salam Salom, Salat Malecum (posiblemente mal escritos por mi porque los oigo de esa manera), nada tengo que decir pero si tengo algo que opinar en cuanto al Pax vobis final: Estos tres saludos con los que Martínez termina su programa de fin de semana y que yo pienso que no vienen al caso, tienen en conjunto defectos de fondo al aludir con exclusividad a las tres religiones monoteístas: musulmana, hebraica y cristiana. Ahí quedan excluidos del saludo cada una de las religiones y creencias no monoteístas, por lo que quedan en la cuneta nuestros indígenas no cristianizados, los ochocientos millones de hindúes, no sé cuantos miles de millones de chinos y japoneses y una buena parte de africanos que algunos de ellos andan por esta Venezuela de Dios.

El Pax vobis cristiano significa literalmente “Paz vosotros” por lo que, en realidad no significa nada. Ahí hay solo un nombre común y un pronombre a los que les falta el verbo y la preposición. Por lo tanto la oración está incompleta. Para hacerla entendible diríamos “Pax sit cum vobis”. No sé quien fue, si fueron los curas o si viene de los antiguos romanos, pero ese galimatías lo solucionaron eliminando el verbo y colocando la preposición como sufijo y todo quedó así: Pax vobiscum. Perdóneme Walter por esta pedantería de la que ni siquiera estoy seguro si es correcta.

Los gritos cuartelarios con que Martínez finaliza algunos de sus programas: “¿Cómo quedo eso?- ¡bien!, ¡muy bien!”. Son en mi opinión no solamente innecesarios sino ridículos. La sala de transmisión de una televisora no puede convertirse en un campo de entrenamiento para un pelotón de soldados. Cada cosa es para lo que es.

Por último, la pelea que Walter tiene con CNN en relación a la real o supuesta apropiación por parte de esta última de la frase “acontecimientos en pleno desarrollo”, debemos considerarlo una solemne tontería, tanto más cuanto que la persistencia en involucrar al televidente en un asunto personal de tinte crematístico no tiene sentido y hasta podemos decir que es de mal gusto.

Tal como lo expone el Sr. Martínez pareciera que la trasnacional noticiosa le robo una idea genial. Idea salida de una mente privilegiada y única en el mundo. La insistencia en mantener el caso en el programa supone el interés que Walter tiene en convertir al televidente en fervoroso soporte de su reclamación. Esto, para mí, es una autentica memez. No podemos andar reclamando el supuesto plagio de una frase corriente y moliente como si fuese una formula física o química destinada a revolucionar el mundo de la ciencia.

Seamos sensatos señor Walter Martínez y, por favor, procure llevar su programa a la misma altura en que estuvo hace algunos años. Si no me cree, salga de su concha e intente hacer una encuesta sobre la mayor o menor aceptación que actualmente tiene su programa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Les recomiendo leer esta carta sobre el programa Dossier
www.aporrea.org/tiburon/a79289.html

Anónimo dijo...

Estimado Sr.

Me dirijo a usted en la oportunidad de hacer referencia a sus comentarios despeptivos en contra del Sr. Walter Matinez, he sido seguidor de dossier desde quien sabe cuanto tiempo, es para mi un honor contar con un caballero de la informacion como el, que no fue parido en esta tierra y le abrimos las puertas,! en enhorabuena¡cuando vino a nuestro pais, creo que al hacer referencia que uste hace, se nota alguna verguenza o decepcion, de la carrera de Sr walter, pero ese no sera problema, porque mientras uno se decepciona, hay miles de seguidores nuevos, de programas inteligentes, llevado de una manera impecable, asi que lo siento por usted sr. Fariña y que le vaya bien, que aun tenemos walter para los que disfrutamos su trabajo, feliz noche...........

Anónimo dijo...

Estimado Sr.

Me dirijo a usted en la oportunidad de hacer referencia a sus comentarios despeptivos en contra del Sr. Walter Matinez, he sido seguidor de dossier desde quien sabe cuanto tiempo, es para mi un honor contar con un caballero de la informacion como el, que no fue parido en esta tierra y le abrimos las puertas,! en enhorabuena¡cuando vino a nuestro pais, creo que al hacer referencia que uste hace, se nota alguna verguenza o decepcion, de la carrera de Sr walter, pero ese no sera problema, porque mientras uno se decepciona, hay miles de seguidores nuevos, de programas inteligentes como dossier, llevado de una manera impecable, asi que lo siento por usted sr. Fariña y que le vaya bien, que aun tenemos walter para los que disfrutamos su trabajo, feliz noche...........